Trucos y secretos de las legumbres


Las legumbres son una de las bases de la dieta mediterránea, reconocida mundialmente como principal exponente de un estilo de vida saludable. Descubre cómo sacarles el máximo partido con estos trucos.


Cómo preparar las legumbres

Los platos de legumbres resultan más sabrosos y son más fáciles de digerir si se condimentan con especias. Tomillo, estragón, salvia, comino, cilantro o eneldo son algunos de los condimentos que les aportan un estupendo sabor. Además, es aconsejable mezclar las legumbres con hortalizas verdes, espinacas, judías verdes o repollo.

También se pueden utilizar para espesar un caldo. Solo es preciso reducir a puré una cucharada de la legumbre y añadirla: quedará espeso y conservará además su sabor natural.

Las legumbres secas han de ponerse en remojo previamente para después ser cocinadas. No obstante, es posible utilizar un tarro de legumbre cocida natural ya que este conserva todos sus nutrientes. En el proceso de elaboración de estos productos tan solo se añade agua y sal para preservar todas sus propiedades. Las alubias y lentejas deben cocinarse siempre con agua fría. Si se les tiene que añadir agua durante el cocimiento, que sea siempre fría. En cambio, los garbanzos necesitan agua templada. Si en mitad del guiso hay que añadirles agua, ésta siempre será caliente.

La legumbre, una vez cocida, duplica su volumen. Es un plato con mucho rendimiento. Para que la cocción sea más fácil, conviene poner alubias y garbanzos a remojo durante 12 horas. Lo ideal es ponerlas la noche antes de elaborarlas. En cambio, las lentejas no necesitan el remojo ya que su hidratación es más sencilla.



Conservación y caducidad de las legumbres

La conservación y caducidad de las legumbres depende de si las adquirimos secas o cocidas previamente. Sea como sea, se trata de un producto que podemos mantener durante un largo periodo de tiempo sin temor a que caduquen.

Por un lado, es conveniente conservar las legumbres secas en sitios frescos y secos, y apartadas de la luz solar directa. En todo caso, se trata de productos no perecederos, ya que la caducidad desde su fecha de envasado es de 18 meses. Son por lo tanto uno de los imprescindibles de nuestro fondo de despensa.

En cuanto a las legumbres cocidas, una vez abierto el tarro es necesario conservarlo en el frigorífico y consumirlo en cinco días desde su apertura. Un tarro de legumbre cocida (natural o combinada con verduras o mariscos) conservado sin ser abierto, puede ser consumido en los cinco años posteriores a su fecha de elaboración.

Los platos elaborados con legumbres ya cocidas pueden guardarse en el congelador hasta 3 meses. De este modo, siempre tendremos producto listo para servir. Si nos han quedado algunas sobras, se pueden guardar en el frigorífico y consumir en un plazo de 4 días.